martes, 3 de marzo de 2009

El Cerro San Cristobal y Santa Lucia, Son Volcanes Inactivos ?

Uno de los efectos más curiosos de la erupción en Chaitén es la proliferación de creencias sobre catástrofes que trajeron a colación sus cenizas. Una de las más extendidas, que este fin de semana volvió a circular en las conversaciones de los santiaguinos, es que el verde cerro Santa Lucía, el mismo que vio llegar a Pedro de Valdivia bajo el nombre de Huelén, sería un volcán dormido.

La teoría, que puede sonar descabellada a oídos de cualquier capitalino con dos dedos de frente, no lo es tanto para los estudiosos del tema. “Sí, es verdad, el cerro Santa Lucía son rocas volcánicas, pudo haber sido un volcán, pero sin duda que no está activo, no tenemos que preocuparnos de él. Algo de verdad tiene el mito, pero no hay que generar alarma”, explica Gabriel Vargas, académico del departamento de Geología de la Universidad de Chile.

El profesional, junto a otros expertos de esa casa de estudios, ayer participó en una mesa redonda sobre los alcances del reciente despertar del Chaitén.

-¿Existe algún otro volcán inactivo en la capital?

-El cerro San Cristóbal en algún momento pudo haber sido un volcán, pero estamos hablando de decenas de millones de años atrás, no es hoy un riesgo importante para la población.

PERO, ¿Y SI AL IGUAL QUE EL CHAITÉN EL SAN CRISTÓBAL DESPERTARA DE SU LARGO SUEÑO?


Asi seria el Relato de la posible catastrofe


Nunca nadie pensó que un dí­a cualquiera de Junio del 2009 el caos llegarí­a a la capital de nuestro paí­s, ni mucho menos se les pasarí­a por la cabeza de que el responsable de aquella hecatombe serí­a uno de los relieves más caracterí­sticos de la Región Metropolitana, el Cerro San Cristóbal (Parque Metropolitano).
Los constantes focos de incendio en los faldeos del cerro no eran más que acontecimientos aislados que carecí­an de trascendencia, por lo cual las autoridades se limitaron a perder el tiempo innecesariamente en encontrar responsables de un supuesto atentado intencional a la ecologí­a del lugar, sin considerar que los recurrentes incendios podrí­an ser provocados por algún extraño efecto de la naturaleza.

Así­ y todo, transcurrido el tiempo la situación paso a ser insostenible y más de un 70% de la vegetación del cerro se quemó por completo, quedando solamente cenizas de lo que fuese uno de los oasis urbanos más importantes de la zona. En los alrededores del Cerro San Cristóbal el clima se convirtió en algo inusual, la temperatura en sectores como La Pirámide o Barrio Bellavista era como un verano sobre verano, si habí­a sol, éste calentaba el doble y si lloví­a, las gotas de lluvia se evaporaban antes de tocar el ardiente pavimento y las ruedas de los automóviles parecí­an chicle al rodar por las calles de Pio Nono y Sta. Marí­a. Algo estaba pasando con Santiago, el ambiente estaba ardiente y parecí­a todo sacado de un relato surrealista.

Luego de que el fuego no tuviera más que consumir en el Parque Metropolitano, el cerro siguió exhalando vapores, pero esta vez, no eran producto de la quema de algún árbol o algo por el estilo sino que era un efecto caracterí­stico de volcanes activos. Estábamos en presencia de fumarolas en los faldeos del cerro. Geólogos examinaron la zona y llegaron a una inquietante conclusión… el Cerro San Cristóbal nunca fue cerro, sino que un volcán que durante siglos se mantuvo inactivo y que durante aquel momento se estaba experimentando la etapa previa a la erupción de éste.

La histeria era colectiva, se ordenó evacuar la zona en un radio de 30 km. Los animales del zoológico fueron liberados para evitar que la inminente erupción destruyera su artificial hábitat creando así­ en las calles de Santiago una verdadera estampida de animales de todas las especies. Las calles colapsaron, el Metro quedó inutilizable por la desmesurada demanda de pasajeros agobiados por la maldita noticia de que estaban frente a un gigante asesino. Algunos no hallaron mejor salida que tirarse al caudal del Rí­o Mapocho y dejar que el destino los eliminase de una manera menos ardiente que morir derretido por lava.

Llegado el momento de la erupción, el escenario del apocalipsis era Santiago. Paradójicamente el cráter del volcán se encontraba en el mismo lugar en que estaba situada la estatua de la Virgen. La presión era tanta que la figura de más de 2 toneladas fue un verdadero proyectil volando por los aires...

Hacia el sur del volcán la totalidad de Barrio Bellavista, y parte de Vitacura y Las Condes fueron quemados enteros, no quedó nada en pie y los sedimentos acumulados sepultaron la zona por más de metro y medio, el curso de la lava sólo pudo ser detenido por la trinchera natural del Rí­o Mapocho. Hacia el Norte, el sector de La Pirámide hasta la Ciudad Empresarial fue arrasado entero, sólo ahí­ fallecieron 500.000 en el momento. Patronato y Recoleta era el infierno terrenal, la gente morí­a antes de calor que derretidos por la lava.

La tragedia del Volcán San Cristóbal es recordada con dolor y nostalgia, no obstante, hoy ya se trabaja para tratar de reconstruir todo aquello que la lava destruyó y se ha deshabitado toda el área que comprende un radio de 30 km. a lo menos para resguardar a la población ante un posible nuevo evento.

Por razones de seguridad, el Presidente...ha decretado el traslado de la capital a la ciudad de Valparaí­so y ha llamado a la población santiaguina a la calma ya que llamará a una comisión especial... para tratar el tema de la reconstrucción de lo que fuera una de las ciudades más importantes del paí­s y de Latinoamérica, Santiago de Chile.








_ Estamos preparados los Santiaguinso para esto ?
_ Habra algun plan de Evacuacion ? ni cagando....
_ Creo qu ela unica salida seria para el cajon del maipo y las carreteras colapsarian y habra mas muertes por accidentes, que por la erupcion...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta